OPINIÓN

El Dios Zuckerberg

Como si no le alcanzara con estar entre los cinco hombres más ricos del mundo a los 36 años, el dueño de Facebook se cansó de ser el Rey de internet y va por más: ahora quiere gobernar el planeta. Quiere ser Dios.

El jueves pasado, tras el escandaloso hecho que todos vimos en el Congreso, la red social que Mark Zuckerberg dirige con mano de hierro suspendió por tiempo indefinido las cuentas de Donald Trump. Recordemos un dato que no es menor: Trump, el actual presidente de los Estados Unidos.

Twitter también tomó la misma decisión y el viernes eliminó la cuenta personal de Trump. Snapchat y Twitch y algunas otras plataformas también se plegaron al juego favorito de la pandemia norteamericana: Péguele a Donald. Es gratis y además hay premio: el aplauso demagógico de la tribuna mundial.

"Nuestro reglamento se aplica a todo el mundo. Esto demuestra que hasta un presidente no está por encima de nuestro reglamento", dijeron en Facebook en un rapto de legalidad que antes no tuvieron, por ejemplo, con empresas como Cambridge Analytica, que muy fácilmente robaron los datos de millones de usuarios de sus servidores para manipular sus decisiones. O para pagar impuestos. O con las prácticas abusivas y monopólicas que tuvieron -y aún tienen- frente a cada una de las posibles competencias que surgen en las típicas startups de la industria digital. Como lo que hizo Zuckerberg con Snapchat, que primero quiso comprarla pero, ante la negativa de la empresa, decidió condenarla al ostracismo usando Instagram (de su propiedad) para, literalmente, copiarlos. Así terminó Zuckerberg con Snapchat.

"Nuestro reglamento se aplica a todo el mundo. Esto demuestra que hasta un presidente no está por encima de nuestro reglamento", dijeron en Facebook en un rapto de legalidad que antes no tuvieron, por ejemplo, con empresas como Cambridge Analytica.

En 2014 Facebook también había comprado Whatsapp pagando 18 mil millones de dólares. Cuando anunciaron ambas compras, la red social (que hoy tiene unos 3 mil millones de usuarios sobre 4500 usuarios activos totales de internet en el mundo) les mintió a toda la prensa y a los usuarios prometiendo que no se metería en ningún momento en el normal desarrollo de cada una.

Hoy ninguno de los fundadores originales de instagram y Whatsapp trabajan en esas empresas. Se fueron espantados con las políticas de privacidad que tiene Facebook. Uno de los fundadores de Whatsapp, Brian Acton, fue más directo y desde su twitter les recomendó a sus usuarios que se borraran de Facebook. Usó el hashtag #DeleteFacebook

Tampoco Facebook se mostró muy amigo de la rigurosidad cuando su red social manipuló a millones de estadounidenses con campañas que, desde Rusia, armaron a favor de Trump durante la campaña de 2016. Se olvidó rápido Zuckerberg, parece. De que él mismo contribuyó a construir al monstruo Trump que ahora censura. Desagradecido, piensan ahora los republicanos. No se olvidarán de él.

¿Qué quiere evitar Twitter y Facebook bloqueando las cuentas de Trump? El actual presidente es un pato rengo, como se dice en la política. Ya está muerto. Pero todos sabemos en el mundo digital que los mensajes no se pueden impedir. Trump o cualquiera puede hacer otra cuenta en otras redes y hablarle a quien quiera. Twitter y Facebook saben esto mejor que nadie. La medida, entonces, no es para impedir ningún mensaje de Trump sino que es para la tribuna de los medios y la opinión pública: mostrarse como ciudadanos y empresarios responsables, preocupados por la democracia. Es hora de lavar culpas. E imagen.

Se olvidó rápido Zuckerberg, parece. De que él mismo contribuyó a construir al monstruo Trump que ahora censura.

Siempre viene bien acomodarse con un nuevo gobierno. Las tecnológicas también le hicieron un guiño a Joe Biden, pero al mismo tiempo le demostraron su poder. Lo que son capaces de hacer. No way, José.

Quedará para otro momento responder algunas dudas: qué responsabilidad tuvieron las plataformas sociales en la construcción y ascenso de Trump, por ejemplo. Cuánto dinero cobraron de pauta publicitaria del Republicano en estos últimos cuatro o cinco años. ¿Lo devolverán? O si piensan actuar de igual manera contra otros dictadores y asesinos de otros países, si piensan usar la misma vara para dar de baja a otros políticos mundiales que publiquen mensajes de odio y violencia (acá en la Argentina se deberían ir varios).

Otra: ¿Es correcto que las mismas empresas por motu propio censuren a un presidente el ejercicio con 88 millones de usuarios pero además, elegido democráticamente y votado por 75 millones de personas hace apenas dos meses? ¿Dónde quedan las instituciones? ¿Y la justicia?

Por ahora, todo lo decide el Dios Zuckerberg.

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