Ma Rainey's Black Bottom y el racismo imperante en EE.UU. en la década del '20
Netflix acaba de estrenar una película basasada en la obra de teatro homónima que expone los abusos de la industria musical.
Primera aclaración: Ma Rainey's Black Bottom, la película que acaba de estrenar Netflix, no es una biopic sobre la "Madre del Blues", sino que se trata de la adaptación de la obra de teatro escrita por August Wilson en 1984.
La historia transcurre en un estudio de grabación de Chicago, un caluroso día de 1927, donde Ma Rainey tiene que dejar registro de un puñado de canciones, aunque eso es meramente anecdótico. Toda la sesión de grabación está marcada por la tensión. El dueño del estudio que quiere grabar y que todo termine rápido, el representante de Ma Rainey trata de contentarla como sea porque sabe que si ella no graba perderá mucho dinero. Los músicos de la banda se enfrascan en acaloradas discusiones mientras tratan ensayar en un sótano con poca circulación de aire. Y Ma Rainey, con su carácter duro y una mirada siempre desconfiada, defiende con uñas y dientes el control de su música y no se deja avasallar en ningún momento.
Segunda aclaración: el racismo es el eje central del film. Las miradas que juzgan a Ma Rainey por ser negra y lesbiana; la historia trágica de Levee, el ambicioso trompetista de la banda que vio como hombres blancos violaban a su madre y mataban a su padre cuando era pequeño; el relato de Cutler, el trombonista, sobre un reverendo que tuvo la desgracia de quedarse varado en el pueblo equivocado; o cuando dos de los músicos entran a una despensa a comprar unas coca colas y los fulminan con miradas intimidantes son algunas de las escenas que grafican esa problemática. También hay una mirada crítica sobre la industria de la música, que es difícil de disociarla de la segregación racial, y su apropiación cultural.
"La razón por la que (la película) resuena hoy es porque el racismo no ha sido destruido. Simplemente ha evolucionado. No se puede pasar por 400 años de racismo sistémico y políticas y prácticas sin que esto resuene hoy en la educación, en cómo se les paga a las mujeres y a los negros, y en cuán dignos se nos ve", dijo la actriz Viola Davis en una entrevista que concedió a la agencia Reuters.
Las actuaciones son muy convincentes, especialmente la de Davis, que encarna con mucha personalidad a Ma Rainey y la Chadwick Boseman, que murió de cáncer en agosto pasado y no alcanzó a ver el estreno de la película, en el rol del irreverente Levee. La ambientación está un poco sobreproducida, algo habitual en este tipo de películas de Netflix y por momentos resulta un tanto artificial. A favor del film es que dura una hora y media. De haber sido un poco más largo probablemente hubiese sido insoportable.
Tercera aclaración: la película dirigida por George C. Wolfe y producida por Denzel Washington no aporta mucho a los fanáticos del blues (o el jazz) en cuanto a la vida y la música de Ma Rainey, aunque ella deja una frase muy cierta: "Sería un mundo vacío sin el blues". El personaje de la cantante se construye con gestos y actitudes propias de una mujer que asume que "yo no les importo un carajo, solo quieren oír mi voz". Y en esa convicción radica su fortaleza. Sabe que sus canciones valen y lo aprovecha, sin dejarse presionar e imponiendo sus propias condiciones.
Ma Rainey (1886-1939) fue una de las cantantes más importantes de la historia del blues, aunque aquí solo se use su figura para construir una historia de ficción a su alrededor. Entre 1923 y 1929 grabó más de 100 canciones y fue la mentora de la legendaria Bessie Smith.
En definitiva, Ma Rainey's Black Bottom es una historia adaptada para el público masivo de Netflix, que mantiene su mensaje claro y contundente: exponer el sufrimiento y el padecimiento de la población afroamericana por la segregación racial en una década determinada de los Estados Unidos, que se hace extensivo hasta el día de hoy. Es esa extraña fruta que colgaba de los árboles sureños que, de alguna manera, nunca terminó de caer.
Fuente: NA